Se entiende el edadismo como aquel conjunto de actitudes y comportamientos que discriminan una persona por razón de su edad. Que la gente mayor es entrañable, que son como niños, que son más rígidos, que son frágiles, que no tienen interés por el sexo, etc. Usted, lector que ya tiene una edad, sabe y siente que esto, como todo, depende de la persona.
A pesar de ser así, las personas grandes han estado víctimas de dos cosas que, en mi opinión, son indignantes:
La presión mediática. Al inicio de la pandemia, los titulares daban a entender poco más que las personas se infectaban por el hecho de ser grandes. Antes de poner el foco en las residencias y su gestión, la gente mayor estuvieron a punto de ser percibida como apestada.
El desprecio por parte de la administración. Para mí es lo más grave. Cuando tuvo que aportar medios para atenderlos, los abandonó, y ahora, para evitar riesgos mayores, directamente se los conmina a no tener vida o a estar recluidos si es que viven en una residencia.
Parece que todavía no se han enterado que, convivir con el virus implica precisamente vivir con él. No renunciar en la vida que veníamos ejerciendo sino adaptarla con prudencia.
Y la obligación del Estado es esta:
-> Que no se haga necesario elegir entre salud y calidad de vida en términos generales.
-> Que no se fuerce a las personas a tener estilos de vida que van pueden ser igual de contraproducentes que la infección.
-> Que no se coaccione una parte importante de la ciudadanía para evitar tener que mover un dedo o asumir responsabilidades políticas.
El Estado no tiene derecho a decidir por las personas grandes. No tiene ninguna lección para ofrecerlos, porque el Estado lo han construido estas mismas personas. Más allá de la moral (no maltrates a la persona grande, que tú también lo tienes que ser), el Estado tendría que tener en cuenta que las personas grandes representan casi el 20% de nuestro país y que su consumo genera el 10% del PIB, además de generar centenares de miles de puestos de trabajo directos e indirectos. No solo están para prometer pensiones dignas en campaña electoral. Este nivel de desprecio simplemente no se comprende. Esta discriminación por la edad es inadmisible.
Carlos del Río
Fundador y Gerente del Centro de Día Vínculos