El pasado día 15 de Junio, se celebró el Día Mundial de Presa de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez.
El maltrato a la gente mayor es un problema grave y recurrente. Según la OMS, 1 de cada 6 personas más grandes de 60 años sufrieron algún tipo de abuso en entornos comunitarios durante el último año.
En entornos familiares, según un estudio realizado en la ciudad de Barcelona, se identificaron hasta un 8% de personas maltratadas, las cuales fueron atendidas por servicios sociales y servicios de salud públicos.
Este porcentaje representa una subestimación, puesto que solo se denuncia 1 de cada 24 casos de maltrato, probablemente por miedo a represalias por parte del mismo cuidador que infringe este maltrato, puesto que la persona grande, suele depender exclusivamente de él/a. En los casos de personas grandes con demencia avanzada, las dificultades de comunicación y el confinamiento al domicilio, pueden limitar mucho más la posibilidad de detección del maltrato y en consecuencia, su denuncia.
Se prevé que el maltrato a la gente mayor vaya en aumento, puesto que la población envejece y cada vez habrá más personas dependientes, uno de los factores que multiplica el riesgo en la hora de sufrir maltratos.
Tipo de maltrato más común:
1) Abuso físico: Es la utilización de la bastante física, la cual puede ocasionar heridas y dolor físico. Se considera abuso físico las siguientes acciones:
– El uso inadecuado de fármacos
– La alimentación forzada
– Los confinamientos y restricciones mediante medidas no adecuadas
– La privación de alimentos líquidos y sólidos
– El castigo físico de cualquier tipo
2) Abuso psicológico: Consiste al ocasionar dolor, angustia, pánico o terror mediante actas verbales o no verbales como por ejemplo:
– Amenazas
– Humillación
– Insultos
– Instigación
– Intimidación
3) Abuso sexual: Contacto sexual con una persona grande sin su consentimiento, incluidas aquellas situaciones en que la persona no puede dar su consentimiento ya sea por deterioro cognitivo u otros motivos.
4) Negligencia: Es un comportamiento nocivo que puede realizarse de forma activa (carencia de curas necesarias por parte del cuidador) o pasiva (olvido o abandono). Integra las siguientes acciones:
– Omisión de proporcionar atención a las actividades de la vida diaria de la persona grande (alimentación, traje, higiene, medicación, etc.).
5) Abuso económico: Utilización abusiva o ilegal de los bienes amueblas o inmuebles que son propiedad de la persona grande.
6) Vulneración de los derechos: Privación del reconocimiento de derechos fundamentales como la dignidad y el respeto, intimidad, confidencialidad, participación y libertad de elección.
Causas y factores de riesgo del maltrato en el entorno familiar:
– Ausencia de formación y de información de los cuidadores en cuanto a las personas que tienen a su cargo
– Sobrecarga del cuidador
– Ausencia de coordinación entre los profesionales de la salud que intervienen en la atención y seguimiento de la persona grande y de su cuidador
En la mayoría de casos, los familiares cuidadores, no disponen de conocimientos ni estrategias para atender sus familiares en situación de dependencia y suelen hacerlo en plena soledad, por un tiempo prolongado e indefinido. Esta situación provoca que la atención sea involuntariamente inadecuada y, como consecuencia, puede generar frustración, estrés, fatiga física y mental, especialmente en los casos de cura de personas con demencia.
Este hecho puede desarrollar actitudes agresivas no habituales en otras circunstancias.
Cómo prevenir posibles situaciones de maltrato?
En el entorno familiar, tendríamos que centrarnos en el cuidador principal, mediante las siguientes acciones:
– Cursos de capacitación para la atención de las necesidades tanto físicas como psicológicas de la persona grande dependiente, y aprendizaje de estrategias y habilidades que permitan afrontar mejor todas las situaciones que puedan derivar de estos curas.
– Disponibilidad de asesoramiento y apoyo continuado a través de profesionales expertos en envejecimiento (psicogerontólogos, neurólogos o geriatras)
– Participación en grupos de apoyo emocional formatos por cuidadores de personas con dependencia, a través de los cuales, poder compartir emociones, recibir apoyo e intercambiar estrategias en cuanto a la cura de sus familiares.
– Descarga de la cura del familiar dependiente a través de recursos como centros de día y cuidadores profesionales a domicilio.
Sònia Shah Llois
Fundadora-Gerente del Centro de Día Vínculos